ESTOS días, los medios de comunicación, entre Athletic y Athletic, traían otras noticias que si no en titulares son de las que crean opinión. Una de ellas decía: "el 58% de la población cree que las mujeres inmigrantes se benefician excesivamente del sistema de protección social". El titular está extraído de una encuesta telefónica realizada por el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco junto con temas tan diversos como el TAV, el 15-M, la transparencia institucional o la participación ciudadana. En fín, un poco de todo.
Todos somos conscientes del papel determinante de los medios de comunicación en la creación de opinión pública y en la configuración de un universo de discursos que crean valores, actitudes y juicios respecto a nuestro entorno social, cultural y político, pero no lo somos menos, de que las fuentes que los alimentan deben de mantener actitudes responsables y, sobre todo, contribuir a crear aptitudes positivas y no de conflicto dentro de la ciudadanía. Mucho más si esas fuentes provienen y están relacionadas con las instituciones que nos representan a todas y a todos con la obligación adquirida de dar ejemplo.
Han sido dos las preocupaciones que he sentido al leer la noticia ¿Por qué las mujeres? Y ¿por qué ahora? He querido leer toda la encuesta, saber quién contesta y cómo se pregunta, y qué otras percepciones tenemos del 52% de nuestra inmigración. Porque desde el año 2000, ese es el porcentaje de mujeres inmigrantes en Euskadi. Y me he permitido reescribir los resultados de la misma a partir de la objetividad de los datos.
En primer lugar me gustaría fijar cuáles son las características, reflejadas en el informe, de los encuestados, resaltando algunas de ellas.
Las encuestas se hacen al 50% a mujeres y hombres que representan en un 51% a menores de 45 años (es la base de nuestra sociedad del futuro), un 74% tienen un trabajo remunerado o pensión de jubilación, del resto, un 6% dice estar en paro, y un último dato (son 4 las características) nos dice, que un 21% conoce bien o bastante bien el euskera hablado (el 79%, no). Por lo tanto, género, edad, situación y conocimiento del euskera hablado (curioso este último dato).
Referente a las opiniones, además de la ofrecida en el titular, aportan los siguientes resultados:
El 43% dice que las inmigrantes extranjeras cubren puestos que no se cubren de otra forma y un 34% que no, por lo tanto parecen necesarias, sobre todo, cuando el 47% considera a las inmigrantes extranjeras importantes para cuidar a nuestros mayores y menores y un 35% que no .
Por otro lado, el 52% dice que Euskadi perdería población sin las hijas e hijos de las inmigrantes extranjeras y el 27% que no. Pero solo al 38% le parece que la contribución social de las inmigrantes extranjeras es muy importante y un 45% opina que reciben más de lo que aportan, sin especificar qué significan recibir y aportar. Realmente, estos resultados nos ofrecen una visión lo suficientemente complicada, difusa y dispersa de las mujeres inmigrantes como para tener más cuidado a la hora de resaltar valoraciones que desemboquen no ya en juicios sino en verdaderos prejuicios.
Probablemente se me escape la importante aportación política y social de la prospección, pero en un momento en que la sociedad atraviesa momentos críticos propiciados por una situación socioeconómica delicada, quizás lo que menos necesite nuestra convivencia sean titulares que lleguen a la sociedad a modo de teléfono averiado para enturbiar las relaciones y la convivencia.