Unión Europea e Instituciones Vascas
EN un artículo titulado Carta abierta a Herman Van Rompuy publicado en DEIA (17/11/2010) y dirigido al presidente del Consejo Europeo, la eurodiputada Izaskun Bilbao trata de demostrar que su partido, EAJ/PNV, además de nacionalista es también europeísta. Para justificarlo, recurre a los ejemplos históricos del lehendakari Agirre y del también miembro del Gobierno, Francisco Javier de Landaburu, así como invita a la lectura de una serie de obras en donde el político flamenco podrá constatar que " nunca encontrará en nosotros comportamientos como el localismo o el nacionalismo con el que operan algunos Estados". Me permitirá la Señora Bilbao unas breves puntualizaciones que estimo pueden ser también de interés para el lector en torno al trato que las cuestiones europeas han venido contemporáneamente recibiendo por las instituciones vascas, en particular por el Parlamento Vasco del cual Izaskun Bilbao fue presidenta.
Coincido en el recuerdo hacia figuras políticas de la talla del lehendakari Agirre o del consejero Landaburu, quienes participaron de un espíritu europeísta e impulsaron el Movimiento Europeo en dirección federalista. Constituyen un ejemplo del que sentirse orgulloso. Es debido a políticos de esa envergadura que el nacionalismo vasco cuenta con un pasado que ha hecho posible muchas cosas para este país. Sin embargo, el pasado más reciente, aquel que se extiende durante los últimos 25 años desde la adhesión a la entonces Comunidad Económica Europea en el año 1986, plantea serias dudas sobre la auténtica trayectoria europeísta de EAJ/PNV en especial si nos atenemos a cuál ha sido su comportamiento en tanto que partido de gobierno (hasta 2009) y grupo parlamentario más numeroso. Me explico y le proporciono algunos ejemplos.
A pesar de que el marco estatutario ha sido profundísimamente alterado en estos 25 años, el Parlamento Vasco no ha celebrado ni un sólo Pleno para tratar los efectos del proceso de integración europeo. Sin embargo, buena parte de las materias de competencia estatutaria son también materias de competencia europea. Los poderes centrales, en particular el español, debido al sistema de toma de decisiones europeo, han resultado favorecidos en perjuicio de los entes subestatales. Como esta alteración de poderes territoriales se ha venido desarrollando sin que se produjera una reforma del texto autonómico puede hablarse de "mutaciones estatutarias". La autonomía vasca ha sido despojada de una parte muy importante de sus competencias normativas para limitarse a ejercer funciones de ejecución.
Sin embargo, el Parlamento Vasco no ha celebrado ni una sola sesión plenaria para reflexionar sobre el marco europeo de autogobierno. Una prueba de esa miopía europea es que en la "Propuesta de reforma de Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi" que promovió -sin exito- el lehendakari Ibarretxe tan sólo en un único artículo (65) se hacía una referencia expresa al marco de la Unión Europea. Compárese semejante parquedad con el texto del Nou Estatut de Catalunya que está repleto de referencias a la Unión Europea.
Por otro lado, si examinamos la trayectoria de la Comisión Parlamentaria que en el Parlamento Vasco se ha ocupado de las cuestiones europeas un mínimo de rigor exige concluir que su balance resulta bastante penoso. Aunque en esta última década su funcionamiento ha mejorado -durante más de diez año se limitó a reunirse una o dos veces al año durante una mañana- su configuración y funciones debieran ser modificadas radicalmente. Sería deseable que pasára a ser un foro de (in)formación abierto a otras instituciones europeas y en contacto regular con otros órganos como la Comisión Mixta Congreso-Senado o los europarlamentarios vascos. En su seno debieran integrarse los parlamentarios con especial interés europeo y vocación europeísta.
Tampoco se ha celebrado en el Gobierno vasco ningún Consejo monográfico sobre el marco europeo. En la práctica, la Administración vasca se ha limitado a calcar los decretos de desarrollo normativo del poder central sin articular políticas europeas, formar funcionarios o vincularse al proceso decisional europeo. Esta desconexión no sólo deriva de dificultades vinculadas a impedimentos legales u a un obstruccionismo desde la Administración central, -que también-. Pero la desconexión europea también tiene que ver con una falta de visión y voluntad de trabajo endógena: no se trata simplemente de tener más competencias; hay que ser más competente. Nada impide a las instituciones vascas europeizarse.
A nivel local, tampoco los ayuntamientos vascos han desarrollado concejalías europeas -como lo han hecho algunos ayuntamientos catalanes- con objeto de dotar a sus administraciones e impulsar entre sus ciudadanos una dimensión europea. Otro tanto podría decirse sobre la ausencia de Europa en el sistema educativo o en los medios de comunicación (EiTB). En Euskadi, Europa sigue siendo una dimensión periférica.
En mi opinión, la retórica que el nacionalismo vasco ha venido manifestando en relación con Europa durante los últimos 25 años no se corresponde con la práctica institucional. Que la trayectoria en Euskadi de las demás fuerzas politicas haya sido aún peor no sirve como argumento. Para algunas (PSOE/PP) el proyecto europeo está vinculado a Madrid mientras que para otros (Aralar, MLNV) la UE representa un paradigma ideológico al que están enfrentados. Aunque se han hecho cosas, faltaría más, ningúna otra fuerza política ha dispuesto de tantos recursos institucionales, incluidas las Diputaciones Forales, como EAJ/PNV. En ese contexto, puede afirmarse que una política europea que vaya más allá de esporádicas jornadas, encuentros y actos puntuales, brilla por su ausencia. Esas carencias, reflejo de una desorientación europea que se manifiesta tanto en sede parlamentaria como a niveles de órganos ejecutivos e instituciones locales, pueden y deben ser rectificadas en un futuro próximo. Un compromiso europeista como del que Izaskun Bilbao presume conlleva acompañar a las palabras con hechos. Algo de lo que precisamente dieron testimonio políticos como Agirre y Landaburu. Goian beude.