Cuatro de cada diez vascos ya tienen preparado el kit de supervivencia que recomienda la UE. A mí me ha costado, no crean. Esperaba a ver qué decía de todo esto Miguel Bosé, pero al final, ya lo tengo casi todo. La radio vieja de la cocina, papel higiénico a tope, latas de fabada, un candil, el hornillo del camping, medicinas a tutiplén, linterna, pilas y... me falta el agua, pero con las cervezas, el vino y el orujo creo que me apaño. Lo que peor llevo es conseguir una gallina de alquiler. Ya saben, para tener producción propia de huevos. Ahora que los hogares europeos debemos estar preparados para subsistir 72 horas sin ayuda externa en caso de agresión, desastres naturales, pandemias o ciberataques, parece que si nos invaden los rusos, siempre es bueno tener tiritas a mano. Aunque con la paranoia reinante, si ya agotamos el papel de váter con el covid, corren serio peligro las latas de sardinas del súper. Todos como locos a acaparar víveres y suministros. ¡A ver cuánto papel higiénico somos capaces de consumir en tres días! Se les ha olvidado a los lumbreras de la UE citar los preservativos puesto que no habrá ni tele, ni Netflix. Pero yo me niego a pasar los últimos días del apocalipsis bebiendo agua mineral rancia, y comiendo conservas caducadas. Además, estoy segura que unas cañas por Madrid siempre nos podremos echar, ¿no?. clago@deia.eus
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