EL mundo del cine vuelve a estar revuelto. Gérard Depardieu ha sumado un nuevo capítulo oscuro a su historia al acusarle trece mujeres de violencia sexual durante varios rodajes. Según el diario francés Mediapart, todas las víctimas coinciden en que el actor las tocó sin su consentimiento, además de hacer comentarios obscenos. También en que, cuando contaban lo ocurrido a alguna persona, ésta solía restarle importancia: “Oh, está bien, ¡es Gérard!”. A diferencia del affaire Harvey Weinstein, que precipitó la detención y el juicio del productor norteamericano en 2017, las denuncias de agresiones sexistas y sexuales de Depardieu no han tenido demasiada repercusión en Francia. No es la primera vez que se tiene que enfrentar a este tipo de acusaciones. El actor fue acusado en 2020 por las autoridades francesas tras la demanda por violación y agresión sexual denunciada en 2018 por Charlotte Arnould. El caso se abandonó en 2019 por falta de pruebas, pero se reabrió en 2020 y se presentaron cargos penales en diciembre. La causa sigue abierta y a la espera de juicio. Después de ser acusado de agresión sexual, de sus excesos con la comida y la bebida y de sus controvertidas opiniones políticas, por las que renunció a la nacionalidad francesa –él, todo un símbolo del país galo– para convertirse en ciudadano ruso, es incomprensible que los directores franceses se lo sigan rifando.

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