L emérito quiere volver a casa por Navidad y para celebrar su cumple, el 5 de enero. Ahora que un fiscal suizo le ha sacado las castañas del fuego, igual viene. Se dará una vuelta por los altillos de los armarios de la Zarzuela y se volverá a marchar a Abu Dabi. De todos modos, mejor que lo haga antes de que Bárbara Rey pueda confirmar o desmentir si le chantajeó. Mejor dicho, que pueda declarar por el cobro de dinero para que no largase sobre su relación con Juancar. Al parecer, los servicios secretos (el actual CNI) habrían cedido al chantaje de la artista y habría comprado en 1996 su silencio con tres millones de euros procedentes de los fondos reservados, al tiempo que recibía otros pagos en especie por su eficiente labor. Está claro que el Borbón sufría incontinencia sexual, aunque es fácil ligar y tener amantes a cargo del erario público. El Sálvame del Senado debería investigar cuánto ha salido por contribuyente cada desfogue de El Campechano, ya sea con Bárbara Rey, con Corinna, o con las otras que están calladas. Averiguar cuánto nos ha costado pagar la vidorra de un crápula inviolable. Y luego, elegir a Jorge Javier Vázquez próximo presidente de la Cámara Baja. En la RAE ya aparece la definición. Corona española; dícese de esa institución que se legitimó un 23-F como garante de una democracia de opereta, y terminó en una tertulia del corazón discutiendo el papel de una exvedette. ¡Vaya circo!

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