EMANA crucial la que empieza hoy para definir el nuevo esquema de las pensiones, que, por si no lo saben todavía, les comento que se traducirá en menos dinero en el bolsillo de los jubilados y jubiladas del futuro. Por eso, resulta llamativo el debate que se ha abierto los últimos días en el Gobierno español a raíz del anuncio del ala socialista: Europa pide al Estado que amplíe el periodo de cálculo de la pensión si quiere recibir su respaldo en la salida de la crisis generada por el covid. La letra y la música están claras y se puede perder tiempo en decidir si está en el top ten de las melodías, pero no hay margen para corregir la partitura. Cuando el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, dicen que es algo que ya estaba pactado y que no hay que alarmarse por ello, seguramente será así. Lo mismo ocurre cuando la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, argumenta que su partido, Podemos, no va a permitir que el periodo de cálculo se alargue hasta los 35 años. Ambos sectores del Gobierno español hablan de lo mismo. Se aumentará el periodo de cálculo de los 25 años que acaban de entrar en vigor a 28 o 29 en breve. Y ya habrá tiempo para superar los 30 y alcanzar los 35 años en un futuro en el que ya habremos olvidado este debate. Pero que no nos cuenten que lo hacen para que cobremos más o lo que nos corresponde cuando nos jubilemos, porque ya sabemos que vamos a palmar pasta.

Asier Diez Mon