LA RAE se ha rebelado y le ha sacado el dedito a Carmen Calvo. Después de un año y cuatro sesiones plenarias, la Real Academia Española ha publicado por fin el informe sobre el lenguaje inclusivo en la Carta Magna y asegura que no es necesario modificar el masculino de la Constitución para hacerla más inclusiva. Ha buceado en el texto y ha llegado a la conclusión de que, en la mayoría de los casos, el masculino genérico es inclusivo y no hace falta cambiarlo. Realiza, sin embargo, algunas recomendaciones cosméticas, puro maquillaje, para limpiar el diccionario de residuos machistas. Así, recomienda tan solo desdoblar al feminismo términos como reina y princesa, pero no entra por el aro en las palabras ministra o niña. A los miembros y miembras -mucho más los primeros que las segundas- se les ve el plumero cuando solo están dispuestos a cambiar el género en las jefaturas del Estado, pero por abajo prefieren sostenella y no enmendalla. Desde luego, la RAE no defrauda, ¿cómo va a ser eso de ir con los tiempos y empujar la igualdad? Ella, tan progre que el año pasado aceptó sin ir más lejos, por aquello de la evolución de la lengua, voces como muslamen y pechamen. Sin embargo, ahora presidenta no procede. Resulta que a nadie le sorprende que desde hace siglos haya asistentas y sirvientas, pero escuece que haya presidentas. No sé si estará contemplado... pero ¡vaya tipejos y tipejas!

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