Juez de la Audiencia Nacional que ha recogido cable en su orden de paralizar la aplicación Telegram en el Estado español: Hasta usted mismo se ha dado cuenta, como afirma en el auto en que da marcha atrás, de que se trataba de una medida excesiva. Lo cierto es que para ese viaje no hacían falta tales alforjas ni grandes conocimientos de Derecho. A todos se nos pasó por la cabeza que pretendía cazar moscas a cañonazos. Eso sí, a los usuarios del invento los ha tenido todo el fin de semana comprobando si todavía podían mensajearse con sus contactos o entrar en sus grupos. Como afectado, estoy en contra de la difusión de material de propiedad intelectual ajena, que es lo que motivó su primera decisión. Desconozco si es técnicamente posible impedir el delito, pero bloquear el programa no parece la solución ideal.