“Humillación”

– No será por transversalidad. O por elasticidad. La semana pasada, el PSOE pactó con su socio, Podemos, y con EH Bildu y ERC la ley de vivienda. Ayer sacó adelante en la Comisión de Justicia del Congreso su reforma de la ley del solo sí es sí gracias al PP y con el concurso del PNV y Junts. Vox se borró de la foto y optó por no votar, evitándose a sí mismo salir retratado junto a Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, que se mantuvieron en el no, y que también agradecerían que no se los pueda relacionar con los abascálidos. Como no podía ser de otra manera, durante el debate, los portavoces que defendían ambas posturas, y especialmente las de los dos grupos que (pese a todo) comparten el gobierno, intercambiaron lindezas de alto octanaje. Nada, en todo caso, que no se hubieron dicho ya a través de Twitter o en entrevistas cruzadas los principales responsables de ambas formaciones, con la ministra de Igualdad marcando la pauta. “El PP ha humillado al PSOE”, sentenció Irene Montero.

Feijóo, el salvador

– Atendiendo a la literalidad de sus palabras, no le falta razón a Montero. El gran vencedor de esta tragicomedia –a la que aún le quedan capítulos, ojo– ha sido el partido de Núñez Feijóo. Después de haber votado en contra de la norma inicial, se ha permitido el lujo de participar en su recauchutado. Lo ha hecho apareciendo como salvador de los socialistas que, en un principio, desdeñaron su apoyo. De propina, se presentan ante la opinión pública como los artífices de la reparación de lo que la inmensa mayoría de la sociedad percibe como una ley que favorece a los agresores sexuales. Y por si faltara algo, su moderado portavoz va por ahí dando a entender que sus enmiendas no solo corrigen el agujero de las rebajas sino que despojan a la norma original de todo lo que la hacía perversa. Así que, efectivamente, estamos ante una humillación de tomo y lomo. Pero una humillación propiciada por la obcecada negativa de Podemos a acometer la reforma en primera instancia y, en segunda, por las condiciones inaceptables que puso cuando hizo como que se avenía a negociarlo.

Que no se repita

– El resultado final es que los retoques a la ley llevarán la firma del PP, que se ha dado un espectáculo nada edificante, pero, sobre todo, que se llega al humo de las velas para poner un parche que tardará bastante tiempo en ser efectivo… si es que lo es. Todo, mientras hasta ayer hemos visto cómo se rebajaban las condenas de 980 agresores sexuales, de los que 103 ya están en la calle. Ya que eso no se puede reparar, debemos exigir, por lo menos, que no se repita.