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Iban Gorriti: “Me encargo de que las personas que retrato no mueran dos veces”

El durangotarra no para en su lucha sin cuartel contra el olvido. Esta vez nos acerca ‘31 vidas antifascistas vascas’, con el testimonio de personas de ideología diversa que plantaron cara al totalitarismo

Iban Gorriti: “Me encargo de que las personas que retrato no mueran dos veces”Álex Palacios

De nuevo, el número 31 en el título de un libro suyo. No es casualidad.

—No. Aquel libro se llamó 31 vidas del bombardeo contra Durango, homenaje a las víctimas del 31 de marzo de 1937, día en que los golpistas españoles y el fascismo italiano atacaron a nuestros mayores. En 1988, formé un grupo, Martxoak 31, por ese día. Ahora cumplo 31 años como periodista.

Esta vez abre el foco. Va más allá de Durango y del bombardeo.

—Sí, un libro hermano y homenaje a todo el pueblo vasco resistente, a quien ahora está leyendo esto. El formato de biografías encantó. Vendimos mil copias en seis meses. Fue un éxito y me animé a seguir la misma estética y rescatar las vidas más estremecedoras. Mitad mujeres, mitad hombres, con perspectiva de género.

Son personajes antifascistas, pero cada uno, con su ideología.

—Sí. El fascismo truncó el futuro de aquellos del PNV, ANV, socialistas, comunistas, anarquistas… ¿Su delito era ser demócratas?

Ha tenido la suerte de conocer a mujeres y hombres que retrata.

—A Lucio Urtubia, a Josefina Lamberto, al último gudari de mar, Juan Azkarate, a Mateo Balbuena que tiene 109 años, el gudari Moreno que escribía en Deia, a Arantzazu Ame-tzaga… Vidas superadas, pero con el halo de la nostalgia por un pasado mejor.

¿Son conscientes del valor de su testimonio para las siguientes generaciones?

—No, porque han tenido voz propia, pero no han tenido altavoces. Este libro sí es un altavoz que reivindica su coraje democrático. Si no, serían anónimos de la historia. Me encargo de que no mueran dos veces. Recomiendo leer el ‘prospecto médico’ del libro. Quizás, el primero que tiene uno. E incluye cinco canciones mías. Es un libro con banda sonora original.

Son historias increíbles. A Teresa Alonso, por ejemplo, le ha pasado de todo.

—¡Uf! Superviviente del bombardeo de Gernika, exiliada a Rusia, enloquece por amor, apagaba bombas nazis a 20 grados bajo cero, come carne humana porque no había otra, sufre dos intentos de violación, no pudo volver con sus padres por roja…, pero con 98 años hoy va a la piscina a diario.

Es simbólica la vida de Maite Elor-tza. Pudo haber muerto el mismo día en que nació.

—Da testimonio por primera vez. Nació durante el bombardeo de Gernika. Los que les ayudaron a dar a luz les dijeron que tenían que huir y que ella y su madre iban a morir. Ocurrió al revés.

¿A quién se imagina leyendo su libro?

—A mi hijo de 12 años, a usted, a todos sus lectores. Es necesario para que no se vuelva a repetir. No es un libro de autoayuda, pero leer 31 vidas antifascistas vascas nos hace mejores. Estoy convencido.

¿Tiene en mente el próximo?

—Sí, sobre lo inédito de la muerte del comandante Cándido Saseta, con documentos del Gobierno vasco del 37 que no han visto la luz. Me dicen que soy un hombre del Renacimiento y hago tantas cosas al día que un libro me vacía porque lo doy todo por él al tiempo que compagino mis trabajos para tener lentejas en casa. Las horas invertidas en escribir y publicitar un libro nunca se pagan. El resto cobra por su trabajo; tú no.