No les voy a engañar. Ha sido una agradable sorpresa ver esta mañana que varios columneros diestros han superado la caspa del (como poco) desprecio al bombardeo de Gernika. Y, como en las últimas horas hemos tenido que leer o escuchar villanías como lo de "Ni los que bombardearon eran tan malos, ni los bombardeados tan buenos" (María Jamardo en Telecinco), me alegra compartir con ustedes algunos desmarques que atribuiremos a la intercesión del propio autor de la comparación, Volodimir Zelenski.

Empiezo la relación con Ignacio Camacho, que entra a degüello en su columna de ABC: "Anda una cierta derecha rebrincada porque Zelenski citó a Guernica como comparación referencial entre España y Ucrania. En materia de matanzas nos sobran por desgracia episodios para componer un catálogo completo de nuestra pasión por el exterminio interno. Mejor no ponerse estupendos. Cuando un dedo señala la luna hay que fijarse en la luna, no en el dedo. Este absurdo debate demuestra que la política española vive un mal momento".

Con algo menos de ímpetu, también en ABC, Juan Carlos Girauta afea el morro torcido a sus compadres de ideología: "Otros han suscitado un debate inoportuno. Empiezo por estos, que pueden enderezarse con solo dejar de una vez el tema de Guernica. Se trató de un bombardeo nazi sobre población civil y, Picasso mediante, es símbolo mundial. ¿Dónde está el problema si el presidente Zelenski se vale de ese ejemplo?".

El editorialista de El Mundo se suma al "no es eso, no es eso": "No es este el momento de enjuiciar a Zelenski por hacer referencia a un episodio de la historia de España, inmortalizado por Picasso como símbolo universal del sufrimiento en toda guerra. No era la primera vez que el presidente ucraniano usaba una referencia histórica en los discursos que viene pronunciando en distintos parlamentos desde que empezó la invasión rusa. En ninguno había desatado polémicas cainitas".

Viene ahora el descuelgue más sorprendente a juicio de este humilde recolector de entrecomillados. Como decían en los tebeos viejunos, que me aspen si esperaba que Arcadi Espada aplaudiera la elección de Gernika como término de comparación con las matanzas que perpetran los rusos en Ucrania. Pero aquí lo tienen, y con recadito a Federico Jiménez Losantos, como van a ver: "No tiene discusión el acierto del presidente Zelenski al haber elegido Guernica como analogía española del sufrimiento ucraniano y la prueba es que solo lo haya discutido Vox. Como también Fjl, que lo dejó escrito e instruido ayer aquí, Abascal habría preferido que Zelenski utilizara la analogía de Paracuellos".

Como contrapunto a estas encomiables salidas del carril, Jorge Fernández Díaz nos devuelva en La Razón a la doctrina ortodoxa: "La verdad es que, puestos a intentar sensibilizarnos, [Zelenski] podía haber obviado referirse a un bando de la Guerra Civil, y haber elegido una tragedia que nos uniera en vez de dividirnos, porque en nuestra guerra ejemplos tristes no escasean en el otro bando: desde el bombardeo de Cabra hasta los crímenes de Paracuellos o la persecución religiosa por ejemplo".

Fuera de esta cuestión, les traigo para ir cerrando dos regüeldos con peste a chorizo. El primero lo firma en El Español el obseso odiador del euskera Rafael del Moral: "Miles de lenguas han muerto sin ceremonia. Otras se van apagando sin avivar el fuego. Otras están en la UCI, muy cuidadas, para evitar toda recaída. Los mejores hospitales para los idiomas enfermos se encuentran en España. Si desintubaran al vasco, se hundía en cuatro días".

Y esta babosez ripiada la ha parido Alfonso Ussía en El Debate: "Tienes que ser bisexual, / O gay, marica moderno, / Como poco transversal, / Porque yendo de normal / Vas a pasar un infierno". Una más.