Estamos en tiempos cambiantes, en todos los órdenes. Todo va a una velocidad inusitada y, aunque nos duela, asistimos a cambios que somos incapaces de controlar. Es más, muchos nos vienen dados y, o nos adaptamos o nos quedamos fuera de juego. Claro, lo que no entraba en nuestros cálculos, por mucho que haya novedades en el fútbol, es lo que le está sucediendo al Athletic

Llevamos semanas hablando de la falta de gol del equipo y centrando el tiro en determinados jugadores. Les responsabilizamos de la falta de acierto, calidad, eficacia, en definitiva, de la pegada. Los de siempre, aprovechando la coyuntura, asumen que la culpa es del entrenador, de la dirección deportiva y, por supuesto, de la directiva, no vaya a ser que se vayan de rositas y el guion dice que hasta el final hay que machacarlos. Da igual cómo juegues, cuántas oportunidades tengas, ya que el análisis se basa en el resultado, faltaría más. Hay que matar al mayor número posible de participantes.

Pues en mi caso va a ser que no. Mi verdad es otra, ojo, la mía, yo no obligo a nadie a pensar como yo, esto no va de sectas, aunque alguno es feliz con este planteamiento. En los muchos años que llevo cubriendo la información y los partidos del Athletic no he visto una cosa igual. No recuerdo una temporada en la que el equipo rojiblanco haya tenido tanta superioridad ante sus rivales y no consiga la victoria. Es cierto que arriba la pólvora está mojada, pero en estos partidos las oportunidades han contado con la participación de varios futbolistas, sin ir mas lejos en el último partido hasta seis diferentes.

El equipo es generoso en el esfuerzo y en la entrega y nadie puede decir que no tenga fútbol. Cierto es que en algunos partidos más que en otros, pero en líneas generales el patrón está definido y la fiabilidad del mismo está a prueba de datos. Entiendo que puede sonar repetitivo lo de la suerte o la falta de acierto, pero es que es una auténtica realidad. Sobre la calidad podemos hablar, todos sabemos lo que pasa. Solo hay que ver los cambios y los futbolistas que tenía fuera el Sevilla. Lo que está claro es que llevamos tiempo auto engañándonos y debemos ser conscientes de la dificultad del proyecto. Hay que exigir precisamente lo que vimos el pasado sábado, se hizo todo lo posible para ganar.

Si para nosotros es frustrante imaginaros cómo debe ser para los futbolistas que entrenan cada semana diferentes modos y maneras de llegar arriba y marcar. Esta racha tiene que romperse por un asunto puro y duro de estadística. El dato que dio mi amigo Roger en la Adurizpedia de 99 remates y solo dos goles, uno por cierto de Remiro en propia puerta, es tremendo. He visto equipos buenos y malos en el Athletic, pero nada como lo que está sucediendo ahora. Si nosotros somos incapaces de comprenderlo y apoyar a quienes lo sufren en primera persona, es que no tenemos claro quiénes somos y cuál es el camino y la dificultad del mismo.