HE aquí la gran explosión, una sucesión de voladuras bajo tierra que excavan un túnel con la precisión de un topo. Cada universo tiene su Big Bang y este corresponde al nacimiento de una galaxia terrestre: la Variante Sur Metropolitana. Si el padre de esta expresión explosiva nos advirtió que solo somos una raza de primates en un planeta menor de una estrella ordinaria y aún así podemos entender el universo, cómo no vamos a controlar la manera de abrirnos camino bajo los montes a base de cartuchazos sobre la roca limolítica que lo componen, muy usada en la construcción, habida cuenta que es materia prima para la elaboración de cementos.

Es un gran paso para la humanidad que usa el coche. No en vano, la Variante Sur Metropolitana nace con la vocación de convertirse en una bombona de oxígeno que dé aire al tráfico rodado de Bizkaia.

Será un trabajo gratificante en su desenlace, pero no cabe duda de que se trata de una tarea dura. Evocando a los viejos mineros que escribieron páginas y paginas de la férrea historia de Bizkaia, los trabajadores involucrados en ese plan se dejan la piel 24 horas al día. Trabajan a turnos, pero sin desmayo, y no está de más arrojar de vez en cuando un haz de luz que alumbre ese faenaje en la oscuridad y ante el peligro. Nos enseña todo el trabajo que lleva a cuestas la construcción de una obra civil de semejante envergadura.

Puede apreciarse, a su vez, la necesidad de aplicar los ungüentos de la paciencia sobre la conducción diaria. No en vano, basta con ver lo fatigoso, laborioso y delicado que resulta este trabajo para entender, a nada que uno aplique dos dedos de frente a noticias como esta, que es inútil meter prisa. ¿Acaso pensaban que era posible construir una galaxia de la nada?