EL pasado 1 de julio Alemania cogió el testigo de Croacia al frente de la presidencia de turno de la UE. Los próximos seis meses le corresponde al país germano dirigir la agenda política de las instituciones europeas en el momento más crítico de nuestra historia desde la II Guerra Mundial. La pandemia producida por el covid-19 nos ha situado ante la mayor crisis sanitaria, económica y social del proyecto europeo común. Bajo el lema “Juntos por la recuperación de Europa” y al timón con su líder indiscutible, la ya veterana Canciller Angela Merkel, asume el plus de responsabilidad de encontrar soluciones en un panorama repleto de incertidumbres. La clave del éxito dependerá de que se marquen prioridades claras y lograr la unidad necesaria en la toma de decisiones. El objetivo número uno: sacar adelante el Fondo de Reconstrucción europeo y los presupuestos de los 27, el Marco Financiero Plurianual 2021-2027.

LA HOJA DE RUTA DE MERKEL

Las intenciones de Merkel en la Presidencia alemana del Consejo de la UE se centrarán directamente en superar la pandemia de covid-19. Lo que se traduce en luchar contra la propagación del virus, apoyar la recuperación de la economía europea y reforzar la cohesión social en Europa. Para ello, Alemania defenderá la actuación conjunta aprobada, la solidaridad europea y los valores comunes. Si en la crisis del 2008 apostaron por la austeridad como única receta, ahora han pegado un giro de 180 grados y han abanderado la salida en común con la solidaridad y la cohesión como principios generales. Una actitud trascendental para frenar a los llamados Estados miembro “frugales”, Holanda, Suecia, Austria o Finlandia, partidarios de los ajustes y de condicionar las ayudas en forma de préstamos.

LAS PRIORIDADES DE LA PRESIDENCIA

El programa de la Presidencia presta especial atención a seis ámbitos: la superación de las consecuencias a largo plazo de la crisis del coronavirus y recuperación económica y social; una Europa más fuerte e innovadora; una Europa justa; una Europa sostenible; una Europa segura y de valores comunes y una Europa fuerte en el mundo. Coincide básicamente con los retos lanzados por la Comisión Europea presidida por la también alemana Ursula von der Leyen. Y en lado contrario, en el los obstáculos aparentemente insalvables, el Brexit vuelve a cobrar protagonismo. Unas negociaciones entre Londres y Bruselas estancadas y contra reloj, pues, el 31 de diciembre es la fecha tope para alcanzar un acuerdo de los términos de salida de los británicos de la UE. El Reino Unido y la UE iniciaron el lunes cinco semanas de intensas conversaciones sobre su relación pos-brexit, con la voluntad común de avanzar para evitar un “no deal” (”no acuerdo”) potencialmente desastroso. Si eso no ocurre, las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con sus elevados aranceles y controles aduaneros, se aplicarían a las relaciones comerciales entre los dos socios.

LA CUMBRE DE TODAS LAS CUMBRES

La presidencia alemana debutará a nivel comunitario con una cumbre de líderes europeos el 17 y 18 de julio en Bruselas, decisiva para el futuro de Europa. En ella deberían aprobarse los términos del acuerdo para la puesta en marcha del Fondo de Reconstrucción propuesto por la Comisión Europea. Un nuevo instrumento bautizado como “Próxima Generación UE” dotado con 750.000 millones de euros, que destinará al presupuesto de la UE una nueva financiación obtenida en los mercados financieros durante el periodo 2021-2024. Merkel y su homólogo francés, el presidente Macron, se están empleando a fondo para llegar a la cita con todo prácticamente atado para afrontar las vacaciones de verano con las tareas hechas. Pero la batalla entre los “frugales” y el “pacto por la cohesión”, integrado por Italia, España y Portugal, está siendo muy cruda. Si se impone la cordura, la posición del eje franco-alemán debería imponerse y evitar vetos que solo servirían para sumir a la UE en la inacción. Hasta aquí Europa ha reaccionado ante la crisis mucho mejor que en el 2008, pero ahora viene la hora de la verdad.