Un viajero procedente de Perú llegaba al aeropuerto de Bilbao llevando 10.900 euros en metálico y vistiendo una chaqueta de piel de serpiente. Al preguntarle si poseía la declaración de movimientos de medios de pago del dinero y por el tipo de material de la prenda, el pasajero señaló sin despeinarse que no tenía la citada declaración obligatoria y que la cazadora se trataba de piel de Anaconda Gigante que él mismo había cazado con arpón en el Amazonas. ¿Sincero o fanfarrón? Recuerdo al Emérito posando orgulloso con el elefante. Este viajero que pague con los 10.000 euros la multa que le va a caer por matar a una especie protegida. Por listo.
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