Reza el adagio -más bien fatalista- que un pesimista es solo un optimista bien informado. Claro que esa sentencia estaba acuñada antes de las fake news, las redes sociales y la Inteligencia Artificial. El caso es que siete de cada diez vascos son muy o bastante optimistas respecto al futuro, fundamentalmente porque están contentos con su propia vida y la que perciben en su entorno y tienen confianza en que seguirá siendo así. O mejor. Que un día estalle una guerra y al año siguiente otra y se desencadenen crisis y haya amenazas de extensión es solo para pesimistas hiperinformados.