El jueves hubo en San Mamés un partido de semifinales de Copa entre dos grandes equipos, Athletic y Barça. Lo vieron in situ 23.490 personas. Muchas, aunque algo menos de la mitad de las que estuvieron en la semifinal de los chicos. Lo que no hubo es incidentes. Ni la mitad de la mitad de la mitad de los que sí tuvieron lugar el 29 de febrero. Ni la mitad de la mitad de la mitad de agresiones a aficionados rivales, ni de lanzamientos de objetos, ni rostros cubiertos, ni bengalas, ni enfrentamientos. Los disturbios violentos, en general, tienen también un indudable componente machista y patriarcal.