Soy una de esas personas adultas que tomamos la decisión de tener un perro y le puedo decir que nosotros sí teníamos cara de alegría, alegría que Enzo nos trasmitía. Nuestra cara de tristeza fue cuando Enzo murió. En nuestros paseos diarios nos cruzamos y saludamos a muchos dueños con sus mascotas y si ellos nos lo permiten acariciamos, y le puedo decir que sus mascotas no son un estorbo; al contrario, les trasmiten alegría y compañía y sus caras no son de fastidio, señor Diez Mon. Me considero una persona muy responsable y para mí y mi familia sí es comprensible dar cuidados y cariño a un animal. Por cierto, en casa tengo una gata de ocho años sacada de debajo de un coche con apenas tres meses y un gato de un año. Y he criado a dos hijas maravillosas y responsables que respetan a los animales. Su Mesa de Redacción me ha producido tristeza y mis pies siempre están en tierra.