Cada vez más se cumple el principio de Peters. Nos vemos gobernados por incompetentes, indecisos y faltos de coraje, que pese a sus malas acciones y sin reconocer sus propios límites, se han atado con tres vueltas de cuerda, grilletes, pesas de diez kilos, esposas y pegamento Imedio a la silla que ocupan, dispuestos a seguir gestionando, malogrando y sin atender a los resultados y lo que la sociedad ha votado.