El intercambio cultural es sinónimo de riqueza. Y su continua evolución ayuda a comprenderla, además de a valorarla mejor. De manera que queda abierta la vía de la multiculturalidad, que supone el reconocimiento y convivencia con otras realidades nacionales. Así, hace un par de fines de semana, se celebró la festividad de San Antontxu en Mungia, fascinante, de gran arraigo en todo su contorno. Por otra parte, el sábado último del mes en curso, tuvo lugar la conmemoración del Nuevo Año Bereber-Amazigh y, con anterioridad lo festejaron los senegaleses. Las mujeres árabes de la asociación local fueron las organizadoras del acto, fundamentalmente con actos culturales, exhibición de trajes, gastronomía, etcétera.