Me acerqué el día de la cabalgata al palacio de Villa Suso con mis hijos. Llevaban un papelito en el que se leía: Mesedez, sorpresa bat ekarri.
Sin embargo, para mí la sorpresa llegó de inmediato cuando la gente de la organización me dijo que los Reyes Magos no sabían euskera. Me pareció increíble teniendo un grandísimo número de niñas y niños estudiando en el modelo D.
Por eso os pido para el próximo año, no un gran perfil lingüístico, pero sí al menos poder manejar unas cuantas frases para poder responder un poco a quien se os dirija en euskera. Un zer moduz? Zer eskatu duzu? Ondo portatu zara? En fin. Demostrar que la realidad no es tan monolingüe, tan homogénea, tan de un solo color idiomático. Que la magia está en poder abrirse a escuchar otras realidades, a poder abrir espacios de conversación en común de distintas, nuevas y vivas maneras.
Poco a poco. Tenéis un año entero. Un poco de castellano, un poco de euskera y un poco de árabe sería un buen comienzo. La infancia es muy diversa y es un buen lugar de escucha para tejer e inventar nuevas formas de diálogo. Gracias.