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La mesa llena

Recordar el 100 aniversario de la muerte de Rodin , invita a acercarse a su obra. La Puerta del Infierno es un grupo escultórico monumental, donde se huye del compartimento y la regularidad fundiéndose figuras, espacios y tiempos. Solo estando delante de ella puede contemplarse el peso de su mensaje, 180 figuras en un aparente desorden con sentido. El Pensador, por el contrario, es una escultura de un hombre desnudo, solitario, pasivo, y reflexivo, constituyéndose en una de sus más famosas esculturas . En ambas obras el trabajo y esfuerzo son evidentes.

La presentación de una mesa de trabajo cuando de categorías profesionales normales se trata y contenido ciertamente liviano, puede ser también todo un análisis escultórico. Llenas, marcan territorio que aparenta exigir actitud de respeto y crear la falsa sensación de ser necesario, que no productivo. Una mesa despejada parece atender a las prioridades sin demorarse en naderías.

Ambas parecen ser Puerta del Infierno y Solitario Pensador pero muy lejos del valor que ambas obras representan. ¿Con qué quedarse en este tratado de apariencia? ¿Vida llena o vida ocupada? ¿Llenar la mesa porque sí o llenarla de significado?