Dentro de poco se cumplirán 20 años de la primera vez que la ciudadanía coreó aquel “vascos sí, ETA no”, pues bien ahora lo que distorsiona la convivencia, agravada por la trágica crisis económica que estamos padeciendo, es la gentuza que de manera aleatoria se sitúa en las comunidades vecinales, y con su mala educación, su agresividad, su embrutecimiento y sociopatía hace que se corrompa y degrade todo su entorno haciendo imposible la convivencia.
Todos conocemos a algún vecino indeseable y a los que todos quieren evitar. Esta clase de personas no son de un perfil concreto, hay una gran variedad, pero los que están siendo tristemente noticia últimamente son de etnia gitana, pero no tenemos que confundirnos, como no se confundieron con nosotros, y alzar la voz y decir bien alto en Bilbao, Basauri, Gasteiz... “Gitanos sí, gentuza no”.