Ni derecho a la vida ni a decidir. ¿Dónde está el derecho a la igualdad? Si me permiten el juego de palabras, estamos abortando el derecho a la vida. Si todos nacemos libres e iguales, ¿por qué tiene alguien que decidir por ti con la peso de la ley?, ¿por qué hemos de crear un consenso común, público, sabiendo que existen posiciones firmes totalmente contrapuestas? ¿Por qué lo tenemos que regular por una ley? La ley, en este caso, defenderá una posición y discriminará la otra, y se irán turnando de un polo al otro como en un partido de tenis. ¡Pero no se trata de una competición! Debería prevalecer el derecho a la igualdad. Confío en unas leyes que nos protegen, pero si este tema tan moral, personal y subjetivo lo hacemos pasar por el sistema condenatorio siempre habrá un sector que quedará discriminado. Este sector, tanto si es provida como prodecisión, estará viviendo en un Estado que no defiende su libertad de vivir su vida bajo su diligencia y no será tratado como igual respeto el otro sector. ¿De qué sirve pues una ley en este caso específico? ¿Es un movimiento egoísta por asegurarnos que se cumple nuestra voluntad? Yo tengo una posición firme: el derecho a la igualdad y libertad.
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