La tercera edad ocupa día a día un lugar más importante en la sociedad moderna, al haberse desarrollado avances en el campo médico y tecnológico. Por eso, no entiendo cómo Kutxabank ha cerrado el club de jubilados de Algorta. Recientemente leí que también quisieron cerrar el del barrio bilbaino de Zabala.

Esta actuación hace que mis padres ya no tengan un club de jubilados donde puedan disfrutar de excursiones y tardes de entretenimiento. Y no eran los únicos. A las tardes estaba completamente lleno.

Además, cerraron sin avisar, como si no importara esa gente que se reunía allí o tal vez, para no dar tiempo a pensar y que los jubilados montaran un escándalo. Luego harán publicidad diciendo que Kutxabank funciona y bla, bla, bla. Me aburren. Una manera que funcionara sería garantizar su reapertura.