El 31 de agosto a las 9 horas acudí a mi ambulatorio de San Ignacio a efectuar el control de Sintrom a través de extracción venosa. Cosa que me realizaron sin ningún problema.
He estado 3 meses en Galicia y, por supuesto, me han realizado la misma operación en las fechas fijadas por hematología del Hospital Montecelo de Pontevedra. El resultado me era entregado a los 20 minutos de efectuada la extracción.
Ante la imposibilidad de poder desplazarme en persona la tarde del citado 31 de agosto, ya que en Osakidetza los resultados te los entregan por la tarde, fue mi hija la que fue a recoger el resultado, cosa que ya habían hecho en otras muchas fechas, tanto ella como mi marido, sin ningún problema. Y de manera antipática, la señorita de gafas que se encontraba en el mostrador del centro le negó la entrega.
Sabiendo la importancia que le dan los responsables del Centro de Control de Sintrom de Basurto a que se tenga conocimiento de la dosis correcta en el mismo día, mi hija me llamó por teléfono, indicándome la situación. Y yo, llamé a San Ignacio para facilitar el numero de mi tarjeta sanitaria, por si ese era el problema. Esta vez el intercocutor de San Ignacio era un señor, que me dijo que acogiéndose a la Ley de Protección de datos no se lo podía entregar ni así. De modo que me vi obligada a tomar la dosis del día ya conocida por mí. Al recoger en la mañana del día 1 de septiembre el papel, veo que la dosis para el 31 había cambiado.
Este cambio de normas se ha efectuado sin ningún aviso, ni a mí personalmente, ni a través de carteles que lo indiquen. A quien corresponda, sea el o la responsable del Centro de Osakidetza en San Ignacio, sea Hematología de Basurto, sea el Centro de Sintron, sea la dirección de Osakidetza o cualquier otro estamento: ¡ Señores, las cosas no se hacen así! Yo y muchos otros ciudadanos estamos cansados de ser tratados despóticamente y sin ningún respeto por responsables del centro de Control de Sintrom. ¡Señores, ustedes están a nuestro servicio, ya que les pagamos a través de nuestros impuestos y somos enfermos!