Usted pregona: el PNV pone el listón muy alto en sus niveles de exigencia ante el Gobierno de la nación española en base a dar la conformidad a las Cuentas Generales del Estado y de esta manera el Sr. ZP puede seguir gobernando en ese país que es España.

Si así no lo hiciese, no dude el PNV que aquí en Euskadi ellos, el PSE, no darán la conformidad de los presupuestos en las Juntas Generales de los tres Territorios y de esta manera las diputaciones forales se encontrarán bajo mínimos.

En definitiva, el que sale perdiendo en todo esto es el pueblo vasco, cosa que parece no importarle al Pastor jauna.

Si de verdad le interesase el pueblo vasco le daría lo mismo quién consigue las mejores oportunidades para este pueblo, el caso siempre sería alcanzar la máxima cuota de autogobierno, que es siempre lo que pone por delante ese partido, el PNV, que usted, señor Pastor, tanto aborrece.

Cómo van a convencer a los votantes, sean del signo que sean, que cuando ustedes se niegan o ponen trabas a que se alcancen mayores cuotas de beneficio para este país lo hacen porque es lo mejor, lo mejor para quién, señor Pastor, para usted, los suyos o me van hablar de la solidaridad de los pueblos de España, argumento, que lo único que hace es descafeinar o loapaizar todo aquello que huele a autodeterminación e independencia.

Los maestros y maestras, señor Pastor, debemos ser gente humilde, paciente y pedagógicamente claros y, sobre todo, honestos con nuestras afirmaciones, por ello le solicito tenga a bien indicarme ¿qué es para usted elevar el nivel de exigencias ante el Gobierno de España y que a su vez perjudique al pueblo vasco? O simplemente son fuegos de artificio de una tarde de verano.

Le propongo que se tome o continúe con esas vacaciones que de verdad se las ha ganado siendo el azote del nacionalismo, ya ve usted cómo su presidente y secretario general acaba de irse a Idaho a colmarse de euskera y de vasquismo.

Ah, tengo una duda, mientras el señor presidente está ausente, ¿quién queda de relevo? Por casualidad, ¿es el señor Ares? Vaya para él también mi deseo de unas vacaciones alegres y felices, porque se las ha ganado a peso de tantos aciertos e ideas.