Concentrarte en tu libro mientras viajas en el metro es cada vez una misión más imposible. Los decibelios te acorralan por todos los lados. Las músicas se entremezclan entre sí y la verdad es que el resultado final no es ninguna sinfonía. Eso parece la lista de los 40 principales, y tú, mientras tanto, paciente lector, te esfuerzas en concentrarte y relees una y otra vez la misma página porque no te enteras de nada. Todo, motivado por esa nueva modo de llevar ipods y mp3 que apenas pesan unos gramos, con unos auriculares que por muy modernos que sean, de cómodos no tienen nada. Al menos para quienes los sufrimos a unos volúmenes escandalosos sin poder elegir siquiera la canción que queremos escuchar. Pero por favor, respeten a los demás controlando el volumen de sus auriculares. Sus oídos también se lo agradecerán.