Leía recientemente un artículo de Susana del Río titulado El eslabón europeo. En el mismo hacía referencia a una cita que la autora decía recordar: “Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil”. Se atribuye al filósofo escocés Thomas Reid, siglo XVIII, fundador de la escuela filosófica del sentido común. La autora hacía una referencia marítima a la cadena con contrete, un puntal que sirve para contener, retener o sujetar horizontalmente un objeto cualquiera. Me valgo de estas referencias para aplicarlas a la vida y singladura de EAJ-PNV en la que, en tantas y tantas ocasiones, hemos utilizado la expresión Katea ez da eten.

Comienzo por un momento especialmente relevante. El año 1995 se conmemoraba el centenario de EAJ-PNV. Tuve el honor y la responsabilidad de coordinar las iniciativas de formación, reflexión y visión estratégica que se organizaron con este motivo. La idea de la cadena, de la continuidad, del respeto al legado recibido y fortalecimiento compartido de nuestro ideario estuvo muy presente en aquellos momentos. Utilizamos el centenario como un punto de apoyo para relanzar el Partido, asentado en la historia y con la ambición de comprender y responder mejor a los nuevos retos. Compartíamos el espíritu de dar continuidad a la cadena para seguir avanzando al servicio de nuestro País. Cada una/uno de los afiliados y simpatizantes, militantes del proyecto de EAJ-PNV para Euskadi, somos un eslabón. Hoy pongo en valor la necesaria fortaleza de cada eslabón basada en el sentido común que nos ha traído hasta hoy o, quizás debería decir, pongo en valor el sentido común de cada eslabón para fortalecer la cadena de EAJ-PNV. Tanto uno como lo otro.

Es mucho lo que se ha venido escribiendo de los procesos electorales internos en la vida de los partidos políticos y, por lo tanto, de EAJ-PNV. Es mucho lo que se ha contrastado y contrapuesto en orden a la interpretación de la democracia interna, las diferencias ideológicas, los intereses personales o grupales, las etapas, ciclos y relevos generacionales de toda organización, cuestión que es el “pan nuestro de cada día” en toda organización compuesta por personas. Es evidente que esta cuestión interesa especialmente, por diversas razones, en relación a un partido como EAJ-PNV, referente histórico en la vida política, social e institucional en Euskadi y en todo su ámbito de actuación.

En todo caso, hoy mismo nos hallamos ante procesos electorales internos de diversas formaciones políticas en Euskadi. Toda persona que tenga interés en la realidad de los partidos protagonistas de las decisiones que afectan a la vida individual y colectiva, comunitaria, puede analizar y comparar el ejercicio real de la democracia, la soberanía en los procedimientos y la práctica de cada partido político. Las diferencias son evidentes.

Por mi parte, un mal llamado jobubi, porque se caracteriza de manera reduccionista a una joven generación de afiliación en el inicio de la legalización de EAJ-PNV que, sin ni siquiera ser burukides, éramos militantes en todos los territorios de Hego-Euskadi, ensalzo el sentido común que ofrece cada eslabón de la cadena. Cada militante, más allá de lo resultante de cada proceso electoral interno en los que reconozco a toda persona miembro de ejecutivas municipal-territorial-nacional, hemos adoptado una actitud en la vida interna del Partido que ha contribuido a forjar la cadena EAJ-PNV. He sido siempre muy consciente de que cada eslabón debe ser fuerte para que la cadena sea fuerte. Nuestro ideario se ha asentado en el concepto “proyecto-partido-personas”. En estos momentos, subrayo y valoro muy especialmente la actitud de las personas, el comportamiento empático tanto en la relación entre las personas como en el debate de las ideas, la consciencia de la corresponsabilidad en el proyecto compartido y en el sentido común que como eslabones de un Partido referente hemos venido aplicando y, que estoy seguro, seguiremos desarrollando en el futuro. En estos momentos, en los que podemos rememorar el espíritu del centenario de EAJ-PNV, es fundamental ofrecer lo mejor de cada eslabón para que la cadena siga fortaleciendo la causa del Pueblo Vasco y seamos capaces de responder a las demandas y necesidades de la ciudadanía, así como a los retos y desafíos de futuro. Por ese motivo, confío en la fortaleza, el compromiso y la unidad de cada uno de nuestros eslabones. De cada militante. De cada ejecutiva. De cada dirigente o responsable institucional. De todas y todos los que hayamos estado y estemos sea en primera línea o apoyando en cada ámbito. Ha sido, es y siempre será el momento de la cadena, el momento del Partido Nacionalista Vasco.