EL exfutbolista Dani Alves ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión por violación. Ejecutor demostrado de una agresión sexual a una mujer, no le ha valido su poder económico para librarse de la cárcel. Él mismo ha sido el constructor de su propia condena al cambiar hasta en cuatro ocasiones la versión de lo que ocurrió-no ocurrió. De no conocer a la víctima, a estar borracho y no recordar nada. No diré que me alegre de la sentencia porque está construida sobre algo que nunca debió pasar. Pero sí muestro mi satisfacción porque, esta vez, ha habido justicia a pesar del gran poder económico de Dani Alves. Algo es algo.