LLÁMAME loca pero no logro entender por qué hacemos un debate de investidura que sabemos fracasado antes de realizado. ¿De verdad nos sobra tiempo para acometer los problemas reales de la ciudadanía? Me refiero al precio del combustible o del aceite, por poner algún ejemplo. El domingo presenciamos una suerte de ensayo de monólogo de investidura y ayer se repitió la experiencia, aunque sin ningún sentido excepto el de asumir el papel al que queda relegado Feijóo: ser el líder de la oposición. Después de estos días de actividad parlamentaria, vacía de eficacia y casi me atrevería a decir también de contenido, pongamos el foco en algo mucho más interesante por las consecuencias que tendrá en un futuro a corto plazo: ¿Qué está ocurriendo en el interior del Movimiento Sumar? Mientras Yolanda Díaz está demorando la celebración de la asamblea ciudadana que conforma Sumar, Podemos amenaza a la líder con retirar el apoyo de cinco de sus diputados de cara a la votación de la investidura de Sánchez. Sé que estamos en el momento de Feijóo, pero no perdamos la visión de las luces largas. Muchos sabemos desde el día 24 de julio que tener “más votos” no implica “ser más”, así que pasemos cuanto antes este debate baldío y centremos el foco en la composición del próximo gobierno de España que es algo que a mí personalmente me preocupa.

Son muchos los acuerdos y pactos que se necesitan y que se están fraguando mientras estamos distraídos con una investidura fallida. Pero no me cabe ninguna duda de que la investidura de Sánchez es ya una realidad. Ante este escenario de nueva presidencia del PSOE, me genera enorme preocupación la composición ministerial tras estos pactos y acuerdos. Desconozco los compromisos adquiridos entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz y supongo que mi incertidumbre se desvelará próximamente. Espero y deseo que sea para bien ya que nos viene un final de año complicado desde el punto de vista de la economía doméstica.