ME resulta curiosa la percepción de que las barracas “son caras”. Este año, las atracciones contratadas para Aste Nagusia tendrán una subida de precio de cincuenta céntimos y costarán tres euros para las atracciones infantiles y 3,50 las de adultos. Un refresco en cualquier bar anda entre los 2,50 y los 3 euros. De eso no nos quejamos, pero no ha faltado la crítica al barraquero. Como si las personas que trabajan en estas ferias no sufrieran los efectos de la subida de la energía, de los alimentos o de la gasolina. Claro que, puestos a imaginar, tampoco creemos que tengan hipotecas ni, vaya usted a saber, ganas de ahorrar dinero para su futuro.