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Al límite

LA seguridad ciudadana es uno de esos asuntos en los que la prima la percepción personal, por un lado, y la ideología, por otro. Campo abonado para la demagogia, el sensacionalismo y el electoralismo. En Aste Nagusia ha habido –como hay a diario en cualquier ciudad del mundo, y aún más en aglomeraciones y eventos con alto consumo de alcohol– hurtos, robos, peleas y agresiones. Pero es difícil sostener que Bilbao “vive una situación límite” de inseguridad, como hace el PP. Utilizar así el tema de la seguridad puede dar algún voto, pero eso es superar el límite. l