CON la naturalidad que le caracteriza, Pedro Sánchez es capaz de pasar de la retórica progresista de enfrentamiento con los poderosos –incluso nombra en público a Galán y Botín: “Si protestan es que vamos en la buena dirección”– a sumiso con quien manda, si con ello gana algo. Ayer, proclamó en Belgrado que España “está y estará al lado de Serbia en el contencioso de Kosovo”. El “contencioso” es que Kosovo proclamó su independencia en 2008, reconocida, entre otros, por 22 países de la UE. No por España. Y es que Kosovo es la Euskadi y la Catalunya de Serbia. l