Un análisis de futuro desde una perspectiva abertzale.
El futuro de Euskal Herria hay que abordarlo, “ad intra” y “ad extra”.
Ad Intra tenemos que tener en cuenta que Euskal Herria está fragmentada en tres grandes Herrialdes: la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra e Iparralde. Cada una con su personalidad propia y las tres conformando el pueblo vasco, Euskal Herria.
Ad intra. CAV, NAFARROA e IPARRALDE.
¿Cuántos abertzales cabe estimar en cada una de los tres Herrialdes?
En Nafarroa en las generales de 2019 el voto abertzale, EH Bildu más Geroa Bai no llegó al 21 % de votos emitidos, pero en las autonómicas del mismo año rozó los 32 % de votos
En Iparralde en la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia del pasado 13 de junio, en el conjunto de Iparralde los candidatos abertzales obtuvieron el 13,3 % de los votos, la tercera opción, detrás del “Ensemble” de Macron (30,5%) y la NUPES de Melenchon (21,27%). No es para echar cohetes, pero ahí están en un estado jacobino donde los haya.
En la CAV, a tenor del Sociómetro Vasco, con trabajo de campo en junio de 2022 obtenemos estos resultados a tenor de los votos válidos emitidos de signo Abertzale (PNV más EH Bildu): en Araba, 54,9 %; en Bizkaia el 66,9 % y en Gipuzkoa el 69,9 % de votos abertzales estimados.
Muchas diferencias entre los Herrialdes y, con estos datos, es imposible pensar en una Euskal Herria conjunta.
Pero hay que aumentar fuertemente las relaciones de todo orden entre los tres Herrialdes. Es mucho más que un problema político. Además, hay que respetar la singularidad de cada territorio. Recordemos las consecuencias desastrosas del eslogan “Nafarroa Euskadi da”.
Veo de entrada la necesaria potenciación de Euskaltzaindia, Eusko Ikaskuntza y de toda institución implantada en toda Euskal Herria.
Pero son las universidades las que deben crear acuerdos para: encuentros entre profesores y alumnos; intercambios de profesores y alumnos, como un Erasmus entre los Herrialdes de Euskal Herria; realizar investigaciones conjuntas, etc., etc.
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Veo dos planos aquí: Promover contactos con los vascos de todo el mundo, y las relaciones con España, Francia y Europa.
De entrada, Euskal Herria manteniendo su lucha por un mayor autogobierno no debe hacerlo enfrentándose a España o Francia. Bien al contrario, debe ayudar a su gobernabilidad y al crecimiento del pueblo vasco. Sería irreal y estúpido no aceptar lo que de español (y francés, en su caso) hay en nuestra identidad vasca, lo que no impide que no debamos olvidar que somos más débiles que Francia y España. Somos David frente a dos Goliat.
Euskal Herria y Europa. Nuestro futuro como pueblo, pasa por estar presente en Europa con la voz propia que, con nuestro tamaño y oferta de calidad (industrial, política, artística, cultural, turística, gastronómica, deportiva, etc. etc.) seamos capaces de crear. Tenemos que luchar para que, en la UE de los estados, los pueblos sin estado hagan oír su voz, de forma lo más directa posible, y no a través del Estado al que pertenecen. Y, no hay que olvidar que Baviera y Escocia, pueblos sin estado, tienen más población e influencia que, digamos, Eslovenia, Chipre, o Malta, estados en la UE.
Debemos superar unos retos como vascos, ciudadanos vascos. Sugiero los siguientes.
Cuatro retos para la Euskal Herria de hoy y de mañana
1. Digo cuatro cuando podrían ser cuarenta y cuatro. De forma absolutamente subjetiva, me centro en cuatro que me parecen muy importantes. Más importantes que urgentes, aunque, cuanto más tarde se aborden, serán todavía más importantes y, ya, urgentes también.
2. La escasa implicación de los ciudadanos vascos en la gestión de la cosa pública, delegando en exceso su responsabilidad en los poderes públicos, Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos, con sus órganos legislativos correspondientes. Además, con una apabullante presencia mediática de la protesta sin fin, por esto y por aquello, en nuestra sociedad.
3. La difícil aceptación, para muchos vascos, del inmigrante, sobre todo si es pobre. Aunque hay también vascos que, en la aplicación de ciertos valores (solidaridad, compasión, apertura de espíritu, posmaterialismo) son ejemplo, incluso más allá de Euskal Herria. Familias que acogen a emigrantes, colectivos que les arropan, a menudo con la ayuda de los poderes públicos y entidades sociales, tanto religiosas como seculares. Lo vemos ahora con la invasión rusa a Ucrania y la tradicional simpatía del pueblo vasco hacia el sufrido pueblo sahariano, dejado en manos de Marruecos por el actual presidente español. Demasiada gente no quiere darse cuenta de que ayudando al necesitado (con becas a estudiantes, con cursos de formación a los parados, etc.) estamos fortaleciendo el músculo de la sociedad vasca. Y acogiendo al inmigrante, haciendo posible la Euskadi del futuro pues, dadas nuestras tasas de natalidad (aunque han subido a 1,8 por mujer, cuando hace doce y más años, rondaba los 1,4 o menos), estaríamos llamados a desaparecer. Los últimos tiempos he leído y escuchado, aquí y allí, comentarios bastantes alarmantes afirmando que “Euskadi está en venta”, que muchas empresas vascas, excepto las cooperativas y las de iniciativa social, están siendo adquiridas por capitales no vascos de tal suerte que el centro de las tomas de decisión estratégicas ya estaría fuera de Euskadi. Siendo lego en estos temas, me he informado. Retengo estas ideas. La adquisición de empresas vascas por grupos multinacionales es un fenómeno natural en una economía globalizada. Tan normal como que otras multinacionales se establezcan aquí (caso de Mercedes, Volkswagen...). Ciertamente, supone también un mayor riesgo de deslocalización/ liquidación, que, en último caso, dependería, sobre todo, de la eficiencia y competitividad futura de la empresa en cuestión. Por otra parte, el cambio de la propiedad puede tener efectos positivos: acceso a nuevos mercados y a nuevas tecnologías; introducirse en sinergias y estrategias quizás más potentes del comprador; disponer de más recursos financieros para abordar nuevos proyectos, aunque el riesgo de deslocalización final sea evidente. Para la consolidación de las empresas emergentes autóctonas y mixtas, se necesita aumentar el músculo financiero de Euskadi. Las instituciones, en particular, pero no exclusivamente el Gobierno Vasco, deben fomentar que las entidades financieras de Euskadi, piensen y actúen, prioritariamente en Euskadi. El derrumbe de las cajas de Ahorro Vascas y Navarras, de las mejor gestionadas de España, fue catastrófico. Debíamos y debemos, si aún es posible, aprender del modelo alemán. Descentralización, apoyo de entidades financieras próximas y corresponsabilidad de los trabajadores, que, obviamente, están también en la dirección de las empresas.
4. El cumplimiento, al fin, del Estatuto de Autonomía y, adaptarlo, tras 41 años de su promulgación, a los nuevos tiempos. Falto de espacio, me limito a postular en España el principio del concierto económico aplicado a lo político, esto es, el “concierto político” y, en la Europa en construcción, como Región partner de la Unión Europea. El futuro de Euskadi pasa por un cambio en algunos valores de los vascos. Volver al emprendimiento sin depender tanto de las administraciones públicas (por otra parte, imprescindibles); cambiar la actitud hacia los inmigrantes, sostén de una sociedad avejentada y con escasa natalidad; una economía abierta al mundo y con el apoyo de un sistema financiero eficiente y que impulse nuestra sociedad, en pro de un autogobierno adaptado a la era posindustrial y globalizada. Hay que aceptar y asumir la complejidad. No hay soluciones simples. Se impone el diálogo entre diferentes. Dialogar con el que piensa como yo es un monólogo a dos o más personas que solamente contribuye a construir capillitas fundamentalistas. Una sociedad vasca de futuro en la que lo esencial no será el lugar de nacimiento sino el objetivo de lograr una Euskadi con historicidad, que tenga algo que aportar a los demás y abierta a recibir lo mejor de los demás. La sociedad vasca de futuro será mestiza, y el objetivo debe ser que sus gentes digan, con orgullo, “ni euskalduna naiz”, “soy vasco” o, no será. Se diluirá como tantos pueblos en la historia. Gure esku dago.
*Catedrático Emérito de Sociología. Universidad de Deusto