O de estos días en Bilbao ha sido apoteósico. Y si no, que se lo digan a las casi 47.000 personas que abarrotaron San Mamés para disfrutar de dos horas y media de mucho y buen rock and roll. Pero yo me quedo también con el conjunto de la oferta cultural que se ofrece en la capital vizcaina. Por poner un ejemplo, el sábado confluían en Bilbao dos conciertazos de primer nivel como el de Fito y el de Serrat, que aterrizó en Euskalduna en su gira de despedida. Además, se programaron recitales de grupos locales de todos los estilos; llegué a contabilizar hasta trece espectáculos en un solo día. Los museos permanecían abiertos con exposiciones de primer nivel internacional en el Guggenheim o el Bellas Artes. Y los aficionados a la lectura, podían optar por un paseo por la Feria del Libro en la que se podían encontrar todas las novedades de las editoriales, aunque los escritores y escritoras se quejaban de que el sábado se quedaron solos. No pudieron competir con Fito y su banda, que triunfaron en su catedral. Pero ahí estuvieron, esperando a sus lectores que postergaron su cita al día siguiente. Y no les ha ido tan mal porque han vendido un 10% más que el año pasado. La fuerte apuesta de las instituciones ha convertido a Bilbao en una urbe dinámica de ocio y cultura. Que me digan cuántas ciudades pueden presumir de contar con una propuesta cultural tan variada y de tanto nivel.

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