l líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, intenta ser el principal bastión de la oposición estando dentro del Gobierno vasco. Ojo, que la esquizofrenia es muy puñetera. En su último cara a cara con el lehendakari, Andueza ha advertido a Urkullu de que eso de la soberanía es de otro siglo. Ya se sabe que detrás de esos sentimientos vienen enganchados vagones con riesgos bélicos pero todos los planteamientos políticos tienen cabida en una democracia. Y, si se siguen los canales legales, debería poder hablarse de todo. Se ve en cambio que, a pesar de ser un concepto trasnochado para el partido del presidente del Ejecutivo central, la soberanía española prevalece y además tiene instrumentos para enterrar otras aspiraciones. Da igual que años más tarde un tribunal europeo anule una condena si la rebelión se ha sofocado. Algunos hemos asumido que es imposible realizar solos el viaje. Pero la estrategia no es más España, es más Europa. Menos nacionalismo español y más independencia por ejemplo para gestionar los fondos europeos en función de las necesidades de cada uno. Que la digitalización de un txiringuito playero en el sur no se lleve el dinero para renovar la maquinaria en una fábrica del norte. Por qué seguir amarrados a un barco mediano si se puede seguir la estela del transatlántico. Estados como el español no quieren renunciar a su soberanía. Prevalece la política, el debate identitario, y lo importante queda en un segundo plano.