Pese a las Escrituras, los obispos andaluces han decidido que su reino sí es de este mundo. No me escandaliza que promuevan el voto de conciencia; la gestión de la conciencia es su negocio. Tampoco debería llevarse nadie las manos a la cabeza por su antagonismo con los discursos de la izquierda social porque esta también pretende suplantarles con una conciencia alternativa. Ningún lobby es neutral y el religioso, tampoco. Pero, si ejerce de influencer en el debate político que asuma la defensa de los principios cristianos de igualdad, amparo y verdad. Y señale a quien no lo hace.