E verdad que no estoy en contra de la vacunación -de hecho, estoy vacunada y pronto espero recibir la tercera dosis- y mucho menos contra el pasaporte covid, pero en ocasiones pienso que con esta pandemia, además de los síntomas de la enfermedad como pérdida del gusto o del olfato, se está perdiendo el sentido común.

Personalmente, creo que se está generando una sensación de falsa seguridad con el pasaporte covid; porque, ¿realmente qué creemos que acredita? Para mí, solo acredita que estás vacunado y que si te contagias el efecto debería ser menor, aunque incluso de eso tengo mis dudas viendo la eficacia de la que se habla frente a la variante ómicron. Según los expertos, no vacunarse aumenta por seis la posibilidad de terminar en un hospital, y esas personas tienen diez veces más posibilidades de terminar en una UCI. Aun así, para muchos el pasaporte supone la llave que abre los espacios de reunión y los convierte en espacios seguros, casi asimilando que si me lo han pedido para acceder a un espacio, ese espacio se convierte, de forma mágica, en un espacio libre de covid, y eso es justo lo que debemos evitar.

Si a este error en el mensaje añadimos el guirigay que nos genera el TSJPV, al que ahora se suma Fiscalía, ya no sabemos si necesitamos el pasaporte para entrar en el supermercado, ir a misa o entrar en San Mamés. Por favor, por salud mental, por nuestros mayores, creo que es necesario un único mensaje, corto y al pie: esto sí, esto no, pero que evite esta sensación de borrachera que tenemos constantemente con el asunto del covid. Entiendo que no es sencillo, pero creo que es necesario y que los agentes implicados, políticos, jueces, médicos... provean de una información que impida que una gran mayoría de personas piense que el pasaporte es la solución a la transmisión de la enfermedad.