O es que Otegi haya dicho nada que cualquier observador de la política vasca no supiera, es que la inoportunidad de vincular presos y presupuestos es manifiesta. En eso de cohesionar a la tropa, siempre ha sabido ser Mary Poppins. A cada mensaje de distensión, a cada gesto a las víctimas de ETA, lo ha acompañado con la estrategia de la institutriz de Disney hacia sus bases: "Si hay un poco de azucar, esa píldora que os dan satisfechos tomaréis". Endulzados los oídos con los presos, Sánchez tendrá presupuestos; ya los tuvo con el azucarillo de la reforma laboral, que relamen pero no ven.