L juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena aprieta para que la Justicia italiana le entregue a Puigdemont. No tiene dudas sobre la vigencia de la euroorden de arresto en tanto se resuelve la cuestión prejudicial que él mismo planteó. Considera que está activa pese a que el auto de la Justicia europea que retiraba la inmunidad al eurodiputado se basó en la presunción de que la euroorden no está vigente. Eso sí, se cura en salud pidiendo al tribunal sardo que, si no comparte su visión, suspenda el proceso, que es lo que haría en todo caso. Llarena se ha pedido la pieza para sí pero quiere que la cacen otros.