A muerte es nuestro inexorable destino, lo que hace más encomiable el empeño humano tras la inmortalidad; llevamos miles de años persiguiendo este mito y aunque se nos suele escapar cual agua entre los dedos, los científicos no cejan en perseguir esta utopía que quizá esté hoy más cerca de convertirse en realidad. La revista Nature Communications publicaba recientemente que investigadores del Instituto Max Planck han encontrado que la regulación metabólica del folato en gusanos provoca un notable incremento en su longevidad e investigan si es un proceso común a otras especies, potencialmente aplicable al ser humano. El folato es una vitamina esencial en la formación del DNA y por tanto su regulación puede inducir a mejora sustancial en la calidad de vida en la vejez e incluso un incremento de la longevidad. Quizá "la muerte de la muerte" de Cordeiro y Wood con el 2045 como meta de inmortalidad no vaya tan descarriado. Si con mejor alimentación, higiene, tecnología, antibióticos, estilos de vida saludables ..., en un siglo hemos viajado en esperanza vital de los 35 a los 80 años, de seguir por esta senda dentro de poco los 150 estarán al alcance humano. Visto el meteórico éxito científico en las vacunas anticovid-19, es imposible no darles crédito con el folato o cualquier otra clave metabólica que nos catapulte a la longevidad y quizá después a la inmortalidad.

Con la pandemia sanitaria ya casi atemperada, miro la deuda española y el postsunami desolador. La deuda pública en abril era de 1,38 billones de euros, un 125% del PIB, así que cada ciudadano debe 29.413 euros: un año trabajando gratis para pagarla. Pero aún es más demoledor si echamos la vista atrás, a 1980: la deuda era de 16.000 millones, 16,58% del PIB, 425 euros per cápita a escote. Marcha cangrejera, vamos de victoria en victoria hasta la derrota final. Esto sin hurgar en los 1,65 billones de deuda privada.

Como hoy es el día internacional dedicado al árbol, conviene recordar que no es solo la deuda financiera un lazo de nudo corredizo, también tenemos el día de la deuda ecológica. Este año, el 29 de Julio. En 1970, el día de la deuda ecológica fue el 29 de diciembre, el año pasado, con el confinamiento, se retrasó al 22 de agosto, pero este año reculamos. Es el día en el que la humanidad ha agotado los recursos naturales que le correspondían para todo el año: hídricos, materias primas, liberación de gases invernadero ...; el resto del año viviremos de prestado, acumulando deuda ecológica. Pero en el Estado Español es aún peor, porque el día del endeudamiento fue el 25 de mayo; desde entonces vivimos de prestadillo biológico, necesitaríamos 2,5 tierras para cubrir nuestras necesidades. Hay muchas causas, pero desearía destacar la desforestación en este día del árbol, porque se calcula que este año puede aumentar hasta un 43% en el mundo, a pesar de saber que nos reducen el dióxido de carbono, producen oxígeno, son hábitat de muchas especies, evitan la erosión del suelo, regulan el clima, proporcionan madera, frutos...

De seguir así, la imagen en Zorrotzaurre con el agua a la cintura en pocas décadas no será un montaje, sino una realidad. Como sequías y olas de calor extremo, DANAs frecuentes, plagas de mosquitos, falta de agua potable, desierto llamando a la puerta, escasez de alimentos ...

¿Se imaginan ser inmortales con estas expectativas? Ante todo esto, muchos quizá prefieran que la inmortalidad siga siendo un mito.

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