SCUCHO atónito a un conocido despotricar contra el llamado pasaporte de vacunación o pase verde digital, mediante el que no se podrá viajar a un país si no se acredita estar debidamente inmunizado contra el covid-19. Habla de la privacidad, del control social, etc. Pero yo sé que él ha viajado -porque presume de ello- a uno de los países -exótico, eso sí- que, con pleno sentido común, exigen de manera taxativa tener puestas determinadas vacunas para poder entrar. Eso no se lo cuestionó nunca, y ahora tampoco. Será eso de la fatiga pandémica...