L eventual indulto a los presos del procès se agita como la reapertura de la crisis secesionista en Catalunya por parte de quienes pretendieron en el pasado hacer creer que bastaba poner bajo llave a sus líderes para ponerla fin. Las dinámicas del soberanismo catalán ya no tienen que ver hoy con que sus líderes sigan encarcelados, lo que no quita para que su presencia en la calle bien podría haber llevado la situación a cauces más lógicos. Pero es mera especulación. Lo que no lo es es la insistente pretensión de uniformizar la realidad sociopolítica del Estado a golpe de sentencia.