LA credibilidad en política, como todo en la vida que diría el añorado Rajoy -por cierto, ¿qué habrá votado el expresidente el 28-A?-, hay que ganársela. El pretendido giro al centro del PP necesita hechos, no palabras. Política real, no marketing o propaganda. En Andalucía, donde gobierna con Ciudadanos y apoyo de Vox, ya ha dado a la ultraderecha los datos de los trabajadores de violencia machista, que le pedía. Y ha nombrado a Enric Millo, el ínclito responsable gubernamental del 1-O en Catalunya, como secretario general de Acción Exterior. Muy centrados no están.