HEMOS pasado, sin solución de continuidad, de los viernes sociales al viernes momia del Gobierno Sánchez. Si no fuera símbolo de una inmensa tragedia con centenares de miles de víctimas, el anuncio de la exhumación y “reinhumación” (sic) de Franco el 10 de junio movería a la chanza. ¿Deuda histórica o puro electoralismo? Ambas cosas. Con dos campañas electorales, cinco urnas, un Tribunal Supremo, un prior, el Vaticano y la fa-milia Franco -con acompañamiento de Vox y cía- de por medio. Las dos Españas. Por fortuna, en modo polarización electoral. Aún.