EN la Gran Vía he encontrado un guante precioso de piel verde. Buscando a su dueña, he mirado alrededor pero no he sabido quién podría ser. He pensado que quizás era un regalo de los Reyes Magos y tendría un gran disgusto, porque con un guante no tienes nada, a mí tampoco me sirve pese a lo bonito que es. Pesarosa y pensativa lo he dejado en un banco. Los guantes son para vivir juntos, tienen poco valor en soledad, como los zapatos, siempre tienen que ir unidos. Sin embargo, los calcetines desparejados, solemos guardarlos -¡igual aparece la pareja!- y amontonamos colores esperando encontrar el compañero.

Tenemos dos ojos, dos manos, dos piernas. La falta de uno de los miembros nos convierte en tuertos, mancos o cojos. La vida es a dos, está concebida en pareja. Si falta el cónyuge, hay también palabras apropiadas para esta carencia: viuda o divorciada. Hay quien escoge deliberadamente ser soltera y, aunque también hay un nombre para ese estado, ninguna persona normal es capaz de utilizar la palabra solterona para la mujer -o caballero- que ha pasado de los 50 solo, porque le da la gana.

La sociedad exige vivir en par. Para algunas personas los números impares rompen el orden, desajustan la armonía correcta. Aunque la semana tiene siete días, el año doce meses y no todos los meses tienen final par. Este mes de enero tiene 31 días y este año termina en 7. El número 7 y el 9, según los alquimistas, son mágicos. Los seguidores de Pitágoras llamaron al 7 “sebo”, que quiere decir santo o divino. Al número 9 lo denominaron “perfecto” porque el 9 tiene la virtud de ser el primer número primo elevado al cuadrado, convirtiéndose en el emblema de la materia ya que nunca desaparece, dado que cuando se le multiplica por cualquier número sus cifras suman 9 o sus múltiplos. Por ejemplo, 2017 x 9 = 18153 (1+ 8 + 1+ 5 + 3 = 18 o 9 + 9). Todos estos cálculos que me los ha recordado mi amigo Ramos, llevan al iniciático Juego de la Oca. Su recorrido está formado siempre por nueve casillas, un total de siete veces (9 x 9 = 63). En fin, mi número es el 9, pero el número de mi Lotería del Niño terminaba en 8. Es para que aprenda el próximo año que hay que elegir según las preferencias particulares, aunque el destino no creo que juegue a estas cosas.

Ha empezado enero -he pasado el 7 y el 9- y aún no he elegido agenda. Mi hermana Ameli dice que la agenda que yo quiero no existe. Necesito tantas cosas en un día que no hay agenda capaz de contenerlas. Que sea rayada, con el día del santo, sitio para escribir lo que se me ocurra, espiral para que se abra fácil y se cierre igual de fácil... Bobadas que para mí son importantísimas.

Cada año, cuando termina, leo lo último que he escrito. Esa frase impresionante que me haga empezar la nueva agenda con brillantez. Raramente encuentro un texto genial o propósitos para el nuevo año. A veces, algo que nos parecía imposible sucede y no lo apuntamos en nuestro cuaderno de memoria. Secretamente, pensamos que alguien lo leerá y, de hecho, suele suceder, por eso las agendas no tienen candados. ¿Se acuerdan de los diarios que nos regalaban de niños en los que ponía con letras doradas Mi diario y se cerraban con un candadito? Lo curioso es que esos diarios tan misteriosas que tuvimos raramente llegaban a la página 7 o 9. Solo Ana Frank y Anaïs Nin escribían todos los días, aunque se censuraban en esa confesión pública.

Lo único real -también censurado- es el periódico y ocurren tantas cosas en 24 horas que es imposible comprimir el tiempo, la actualidad, la historia. Simplemente se eligen algunas porque todo es difícil. Posiblemente, de lo que ocurra en todo el mundo el periódico llega al 10%. Mientras una mujer pierde un guante, hay muchas que pierden una cartera, hay atentados en tantas partes del mundo que se escogen los más sangrientos porque hablar de todos es imposible. Hay asesinos que se confunden en la multitud de un aeropuerto, jóvenes que mueren en un accidente de tráfico, mujeres maltratadas por sus parejas, niñas prostituidas a la fuerza, médicos que ayudan sin pedir nada, misioneros que predican a un Dios que los ojos inocentes no entienden, políticos que creen lo que dicen y otros que mienten con elegancia, adolescentes que llegan a comas etílicos y adolescentes cum laude que no han probado el alcohol nunca, estudiantes brillantes que no pueden terminar una carrera y arquitectos que friegan platos, pintores que exponen en galerías importantes y artistas que serán famosos cuando mueran, escritores que publican novelas mediocres y soñadores que nunca encontrarán una editorial que publique su manuscrito, emigrantes que no tendrán un hogar y poderosos que tienen en sus cuartos de baño grifos de oro, jóvenes que no podrán cruzar la valla de lo que ellos creen libertad, un presidente indescriptible que pretender ser modelo de los jóvenes progresistas y un negro que le da con elegancia su vara de mando sabiendo que odia a su raza, la reina de Inglaterra se cura del resfriado y aparece vestida de azul, Jerusalén se vuelve a llenar de sangre con una matanza masiva, presos degollados en su propia cárcel y asesinos que caminan tranquilamente por la calle, gente que se va de vacaciones y gente que no puede volver por una huelga de controladores... Y tantas cosas que ocurren ajenas a este 7 que nos va a condicionar el año.

En el Nuevo Testamento, el 7 se cita 77 veces. 7 brazos tiene el candelabro judío, 7 son los días de la creación, 7 veces al día hay que alabar a Yahvé, el faraón sueña con 7 vacas gordas y 7 flacas, 7 años creían los romanos que duraba un maleficio, 7 días duraban las saturnales, 7 fueron las colinas de Roma, 7 eran los sabios de Grecia y Roma, 7 demonios salieron de María Magdalena, 7 dolores padece la Virgen. 7 dones da el Espíritu Santo, 7 son los gozos de María, 7 las horas canónicas, 7 moradas tiene la vida espiritual de Santa Teresa, 7 palabras dice Jesús en la cruz, 7 son los pecados capitales, 7 sacramentos, San Juan Evangelista escribe en el Apocalipsis que ve 7 candeleros, 7 estrellas, un libro con 7 sellos, un cordero de 7 cuernos, 7 ángeles, 7 truenos, 7 copas, 7 antorchas de fuego que arden en el trono de Dios, 7 son las vestiduras usadas por los sacerdotes, los islamistas dan 7 vueltas a La Meca? Mi amigo enumeras cien veces 7 las situaciones que envuelven este número que nos va a gobernar este año.

Antes de terminar este artículo, mi hija Miriam me ha regalado una agenda con lo que necesito. La he empezado sin mirar el número del día porque, con tanto 7, igual me hago supersticiosa y desequilibro el orden de los números impares, de los primos y de los pares.

Siento mucho no haber hallado a la dueña del par de guantes pero, en las rebajas, seguro que encuentra rojos, azules y amarillos a buen precio.

2017 está aún en blanco.