Jetas ‘offshore’
CON la nueva hornada de famosos que tenemos ocultando dinero en paraísos fiscales, el blanqueo se ha convertido en otro ejemplo de globalización, como la comida rápida, el WhatsApp o la Coca-Cola. No es de extrañar que algunos de los que han salido en esta cojo-filtración planetaria sean más famosos que la Chelito. Messi dribla al fisco como un crack, la tía del emérito presidió una sociedad pantalla durante cuarenta años y hasta el talento español más oscarizado tuvo su propio chiringuito offshore, un señor de La Mancha que esta semana, con el estreno de su última película, se ha puesto a declarar (oralmente) diciendo que la democracia está anoréxica. En este festival de jetas hay de todo: políticos rusos, islandeses, futbolistas, infantas, jeques cataríes y hasta un presidente argentino. Para que luego digan que el dinero no es democrático: las sociedades pantalla no distinguen entre personas, más o menos igual que la estulticia, la enfermedad y la treta. Y es que le puede pasar a cualquiera, empiezas dejando los céntimos en el platillo de la entrada de casa, sin darte cuenta, ocultándolas sin mala fe, pasan unos años y ya tienes 20 euros. Qué no haríamos con 20 millones. Ser listo en la relación con Hacienda solo es una cuestión de cantidad: tienes poco, pringas; tienes mucho, llamas a Mossack Fonseca, y te esconde el cofre mejor que un pirata. En un mes estará aquí la declaración de la renta. Recojan el dinero de sus platillos.
susana.martin@deia.com