En Siria hay quien huye de la guerra. Pero también están los que huyen de hacer la guerra. “No hay futuro”, responden los jóvenes en las calles sirias. Sin oportunidades de trabajo ni estudio, vivir de la guerra es la única opción. Más aún cuando la penuria no da tregua a una generación ávida por ganarse la vida y formar una familia. Tras cinco años y 220.000 muertos, según la ONU, o el doble según la versión extraoficial, para muchos jóvenes quedarse es “matar o morir”, y ello independientemente del bando en el que vivan. “Desertores” llaman en el flanco leal a aquellos que escapan al servicio militar obligatorio, establecido en 18 meses sobre el papel, pero indefinido en realidad. La llegada masiva de refugiados a Europa, el mayor flujo migratorio que registra el Viejo Continente desde la Segunda Guerra Mundial, ha enfrentado a las autoridades europeas a la realidad de una tragedia con dimensiones astronómicas. Solo entre el 1 de enero y el 1 de septiembre de 2015, al menos 351.314 personas han llegado a las costas europeas. Las nacionalidades de los emigrantes, en su mayoría sirios, aunque también afganos, eritreos y nigerianos, aporta la primera clave sobre esta llegada a Europa de peticionarios de asilo, sin precedentes en la historia reciente. Por el atentado en París y el miedo a otros atentados en Europa... se ha paralizado la acogida de los refugiados (?). El silencio de los gobiernos y la prensa, que solo da malas noticias, accidentes, ahogamientos y... Pido a Europa, que a estos refugiados les presten ayuda, a la mayor brevedad posible.
Pedro Mari Usandizaga Ondarroa