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Normal, anormal y paranormal

LO normal es que los partidos políticos confronten: programas, modelos de gestión y participación, posibilidades de llegar a acuerdos, etc. Lo anormal es que discursos belicistas se cuelen sin siglas que compitan en la contienda electoral y peor aún, lo hagan a veces bajo el anonimato de otros tiempos. Y los paranormal, lo que no tiene una explicación, es que quien gobierna ofrezca ahora lo que no ha sido capaz de hacer antes.

Normal es que, por primera vez, acudamos a unas elecciones forales en Gipuzkoa donde asistimos a un pulso cerrado entre el PNV y la Izquierda Abertzale, dos formas de gobernar que ya han ostentado esa responsabilidad de forma alternativa. Sin ilegalizaciones, sin amenazas de muerte, hablando de infraestructuras, de planes de empleo, de peajes y basuras, de cultura, etc. Eso es lo normal, que dos modelos distintos se sometan al escrutinio.

Lo anormal es que a pesar de esa normalidad, se cuelen discursos y maneras anormales en democracia. Lo vi el fin de semana pasado en Irun. Un cartel, sin firmar, se refería al Partido del Negocio Vasco y a supuestos casos de corrupción. Citaba casos que o no se han juzgado y los ha colado Bildu a últimísima hora (Bidegi) o a cuestiones absolutamente legales en las que sencillamente la izquierda abertzale no está de acuerdo: TAV o Kutxabank. Eso es lo anormal, que aún aniden viejas formas de señalamiento anónimo. Pero como en este país ya sabemos quién señalaba y quién ejecutaba hasta antes de ayer, concluyo que algunos se movían mejor en aquel fango anormal que en la normalidad democrática.

Fuera de lo normal está también este ruido que alimenta Covite en supuesta defensa de víctimas que no le han pedido que le representen y fuera de la realidad está esa petición de amnistía o nada que hacen quienes ya pisan las calles libremente. Cada uno sabe a qué sector social se dirige en estos momentos electorales. A la mayoría no, desde luego.

Paranormal es que un candidato del Partido Popular diga que aprendió euskera con sus abuelos y lo perdió con el PNV. Pues, con perdón: ¡hay que ser muy zoquete! Pero aún es más extraño que el Gobierno campeón de la austeridad y de los recortes se desmelene ahora con millonarias subvenciones, ayudas, inversiones y gastos. Y es que lo del PP no es ni normal, ni anormal? es inexplicable.

Paranormal es que la directora de participación ciudadana de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Arantza Ruiz de Larrinaga, encabece en Zerain una lista de EH Bildu que de hecho se carga el sistema asambleario que venía rigiendo en ese municipio y en el que confluían vecinos de diferentes ideologías con resultados parece que muy aceptables durante 36 años. Eso sí, ya ha ganado antes de votar. No es la primera vez que pasa: también Regina Otaola se encontró con la alcaldía de Lizartza. Paranormal.